Podría decir que la domótica ha sido mi pasión desde antes de que existiera. De alguna manera, ya de niño me resultaba natural (y excitante, todo hay que decirlo) soñar con hogares en los que se realizaran de manera automática cuantas más tareas mejor, con el objeto de proporcionar comodidad, seguridad… y un poquito de fascinación. Así, resultó casi inevitable que, a medida que la tecnología y mi conocimiento sobre ella fueron progresando, me dedicara a imaginar y explorar sus posibles aplicaciones en el ámbito del hogar. Y resultó algo providencial que mi trayectoria profesional en el campo de la ingeniería estuviera marcada durante una década por el I+D en esta disciplina. Lamentablemente, por aquel entonces la domótica aún resultaba demasiado compleja y cara. Aún así, puedo decir que cumplí mi sueño de vivir en un hogar lo más automatizado posible en una época en la que ese tipo de cosas todavía se veían como algo de ciencia ficción. De hecho, la foto que ilustra este apartado está inspirada en la imagen que le vino a un antiguo compañero del colegio cuando, entre cervezas, le expliqué a qué me dedicaba.
Hoy las cosas han cambiado. La tecnología ha madurado lo bastante como para ofrecer soluciones eficaces, diversas y ampliamente disponibles pero, sobre todo, asequibles. El único inconveniente ahora es el riesgo de perderse en una jungla de fabricantes cada uno de los cuales intenta llevarse el gato al agua ofreciendo soluciones propietarias que en la mayoría de los casos resultan excesivamente cerradas y restringidas a un conjunto reducido de posibilidades. En el fondo, el mayor desafío sigue siendo el mismo ahora que hace 20 años: distinguir lo que es domótica de lo que no pasa de ser un conjunto de pequeños sistemas de automatización aislados entre sí.
Afortunadamente, los apasionados por este tema somos legión. Y ya existen un buen puñado de herramientas, muchas de ellas en código abierto, que permiten aprovechar toda esta tecnología para crear, a partir de ella, sistemas domóticos también abiertos constituidos por elementos y sistemas cuyas posibilidades de programación e interacción son prácticamente ilimitadas. Si lo puedes imaginar… lo puedes programar.
Así que, ahora sí, me gustaría dirigirme a ese niño que soñaba con cosas que parecían imposibles y decirle: «Bienvenido al futuro»
Nota: Esta sección recopila las entradas relacionadas con domótica. No hay un orden lógico. Y aún diría más, no hay orden en absoluto. La razón es que cuando comencé a escribir todo esto ya tenía mi sistema domótico en marcha y yo sobre todo escribo sobre lo que me voy encontrando. Para completar el mapa también iré incluyendo poco a poco algunos registros de mis comienzos. Por eso, si lo lees lo más probable es que te parezca que he empezado la casa por el tejado. Un poco de paciencia y todo llegará.